- mejillones frescos, limpios de adherencias y barbas
- verduras para caldo: zanahoria, cebolla, puerro, tomate, pimiento, apio (en cantidad), etc ...
- un vasito de vino blanco o cerveza
- aceite de oliva
- En una cazuela grande (los mejillones al abrirse aumentan bastante su volumen) con tapa, calentamos el aceite y rehogamos las verduras limpias y troceadas groseramente hasta que estén blandas.
- Añadimos el vino o cerveza, mezclamos bien y dejamos cocer y reducir, a fuego suave, con la cazuela tapada, hasta que el líquido se haya evaporado casi completamente.
- Agregamos los mejillones, les damos unas vueltas, tapamos la cazuela y esperamos unos minutos hasta que todos los mejillones estén cocidos y abiertos.
- Pasamos los mejillones, con el caldo y las verduras, a una fuente honda de servir y los degustamos sin más espera.
- Se suelen acompañar de unas patatas fritas recién hechas y una salsa allioli o mayonesa. Para chuparse los dedos!
NOTAS:
- Aunque pueda parecer chocante, el apio es un ingrediente imprescindible de esta receta -y si disponemos de las hojas, mejor- no se le puede eliminar ni sustituir. Al final su personalísimo perfume / sabor desaparece completamente aromatizando los mejillones de una forma inconfundible y deliciosa.
- El caldo con las verduras y los mejillones que sobren constituyen una excelente sopa. Aunque el caldo con las verduras se pueden tomar, con una cuchara o una concha, en el momento de degustar los mejillones con las patatas y el allioli
- Si no queremos preparar patatas fritas se pueden sustituir por chips de patata
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