- 250g de almendra molida
- 250g de azúcar
- 150g de nueces picadas groseramente
- 4 huevos + 1 pizca de sal
- aceite -para untar el molde-
- azúcar glass para decorar
- Separamos las claras de las yemas y las montamos a punto de nieve fuerte con un una pizca de sal.
- Agregamos el azúcar y seguimos batiendo hasta obtener un merengue firme y brillante.
- Añadimos las yemas y las mezclamos con cuidado.
- Por último incorporamos la almendra molida y trabajamos la preparación -procurando que coja aire- hasta obtener una masa esponjosa y homogénea
- Untamos el molde -o lo forramos con papel sulfurizado- con el aceite y espolvoreamos con un poco de azúcar
- Vertemos la mitad de la masa en el molde, repartiéndola uniformemente y espolvoreamos las nueces picadas
- Cubrimos con la masa restante repartiéndola por igual
- Introducimos en el horno, precalentado a 180º, y proseguimos la cocción unos 30' -o hasta que al pincharla con un cuchillo, la hoja salga seca-
- Apagamos el horno y dejamos entibiar la tortà un rato, dentro del horno abierto
- Servimos en bandeja, espolvoreada de azúcar glass -o decorada- al gusto
- La paella es el totem de la cocina valenciana, pero si le buscásemos acompañantes para completar una comida redonda ,sin lugar a duda serían: la ensalada valenciana, las naranjas -o el melón- y la tortà.
- De las muchas recetas de tortà que he consultado -y probado- posiblemente sea ésta una de las más antiguas, de hecho en la receta original los ingredientes estaban medidos en onzas (1 onza = 30 g).
- Al igual que la paella, puede decirse que hay tantos tipos de tortà como de cocinero/as. Cada uno/a posee su propia receta, por lo general trasmitida de generación en generación y obviamente secreta, lo que la hace única, inimitable e insuperable. Si hay concursos de paellas, ¿por qué no concursos de tortades?
- La receta propuesta es la versión básica, pero como sugerencia, y según la creatividad y el gusto de cada uno/a, podemos añadirle a la masa: ralladura de limón, canela en polvo, naranja confitada, cacao en polvo, virutas de chocolate, o incluso jengibre -confitado o fresco- (eso sí, para los más atrevidos) y un largo etcétera.
- También se le puede dar otra textura a la tortà añadiéndole a la masa unas cucharadas de harina, maicena,, puré de patata, boniato, castañas o calabaza.
- ...Y perfumar la masa con un chorrito de licor al gusto, unas gotas de esencia de almendra amarga, agua de azahar o de rosas -para darle un toque oriental-
- La decoración admite tantas fantasías como nos lo permita el tiempo, el gusto o la imaginación; desde el socorrido azúcar glass hasta las láminas de pan de oro; pasando por el merengue quemado -o no- cacao en polvo, virutas de chocolate, frutas confitadas, crocanti, almendras fileteadas, garrapiñadas, piñones caramelizados, yema tostada, etc.