Guacamole con nachos
Ingredientes: (Muy fácil - T: 15')
- 3 aguacates maduros
- 2 tomates medianos maduros
- un trozo de pimiento al gusto
- un trozo de cebolla al gusto
- un chorrito de zumo de limón
- un chorrito de aceite de oliva
- sal, pimienta, pimentón y cominos molidos al gusto
- nachos -para acompañar-
Preparación :
- Pelamos los tomates, los partimos por la mitad y les quitamos las
semillas dejando solo la pulpa. La troceamos groseramente y la pasamos a
una ensaladera holgada
- Rallamos el pimiento y la cebolla sobre el tomate (Cuidado con no pasarse con la cebolla).
- Pelamos los aguacates, troceamos la pulpa y la unimos al resto de
las verduras . Con un mazo de mortero lo machacamos todo groseramente
hasta conseguir una masa trabada, más o menos grumosa según el gusto de
cada uno.
- Salpimentamos, añadimos el zumo de limón, el aceite, el pimentón
(dulce o/y picante) y el comino; al gusto de cada uno. Mezclamos bien
con el mazo. Tapamos con film transparente de cocina y guardamos en la
nevera hasta el momento de servir
NOTAS:
- Originalmente la textura del guacamole es grumosa, así pues no
conviene -para acabar antes- triturarlo todo
con la batidora eléctrica
- El comino molido debe apreciarse en el sabor del guacamole.
- El guacamole original es picante. Esta versión es suave, pero si
quereís intentar darle un toque picante, probad con Cayena, guindilla, chiles, ajís o pimentón picante . De todas manera
mucho cuidado, sobre todo con los primeros intentos
- Cuidado con la cantidad de cebolla y pimiento porque ambos suelen aniquilar el sabor del resto de los ingredientes.
- En algunos lugares de América al aguacate se le llama también palta; desde muy antiguo su ingesta ha tenido connotaciones eróticas y se le han atribuido efectos afrodisíacos. Aguacate proviene de ahuacatl, que
era la palabra utilizada por aztecas y
nahoas. En la lengua original, significaba testículo, con lo cual
se hacía una doble referencia: a la forma del fruto y a su poder (?) para
despertar y reavivar la pasión sexual. Los cronistas de Indias, viajeros y
naturalistas hicieron del fruto grandes elogios, haciéndose eco de las
tradiciones indígenas. Percatados de su alto valor nutritivo y
energético lo enviaron a la Península, donde se aclimató facilmente en
la costa mediterránea -Se conservan documentos del siglo XVI en los que
ya consta que había aguacates adultos el jardín del
arzobispo de Valencia- Se sabe también que Luis XV de Francia se
aficionó a ellos al final de su reinado con la esperanza de reavivar su
declinante capacidad amorosa. La bonne poire (buena pera), como la denominaba el rey, le llegaba desde Haití y alcanzaba precios exorbitantes.
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