- chuletas de lomo
- pan rallado
- 1 huevo
- ajo + perejil picados
- aceite en abundancia, sal
- Con ayuda de un cuchillo afilado damos dos o tres cortes profundos, de 2 ó 3 cm, en los laterales de cada chuleta. Salamos.
- En una ensaladera holgada batimos el huevo con el ajo y el perejil picados.
- Incorporamos las chuletas una a una dándoles la vuelta, de manera que se impregnen bien por toda su superficie.
- Vamos sacando las chuletas y las vamos colocando en un plato llano en el que habremos puesto el pan rallado. Les damos la vuelta y apretamos suavemente con la plama de la mano, de manera que el pan rallado se pegue y recubra las dos caras de cada chuleta. Las vamos pasando a una bandeja hasta que estén todas empanadas.
- Calentamos aceite hasta que alcance la temperatura adecuada (cuando un ajo partido, en la sartén, empiece a dorarse intensamente). Entonces vamos colocando las chuletas y friéndolas por tandas, sin que se solapen, hasta que se agoten.
- Servimos inmediatamente, solas o acompañadas de guarnición al gusto.
NOTAS:
- El motivo de dar cortes laterales en las chuletas es para que éstas no se abomben al freírlas, provocando zonas en las que la carne se queda ligeramente cruda o poco hecha.
- Al sacar las chuletas de la sartén las podemos dejar unos momentos sobre unas hojas de papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Una variante consiste en pasar las chuletas por harina en vez del pan rallado. En este caso tendremos chuletas de lomo a la romana.
- Si queremos darle a las chuletas un toque exótico de sabor, podemos poner algún tipo de especia (al gusto) con el huevo batido
- También podemos mezclar el pan rallado con queso rallado, almendra molida o algún otro fruto seco. En este caso prescindimos del ajo y el perejil. Se consigue un sabor muy agradable y original.
- Es frecuente que sobre un poco de huevo batido con el ajo y perejil. Podemos añadirle un chorrito de leche y una cucharada de harina. Mezclamos bien para que todo quede trabado y sin grumos y freímos esa tortilla por las dos caras hasta que quede bien dorada. La servimos en porciones para que cada comensal se sirva a su gusto. Está deliciosa.
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