- Y el sentido del gusto apareció - como estaba postulado - pero, de la forma más simple e inesperada posible.
- ¡ Los caminos del Señor son inescrutables !
- Eran, ... sencillamente ... proteínas silábicas camufladas, que le habían pasado completamente desapercibidas durante años. Y que ahora se estaban manifestando en toda su pureza en una de esas múltiples secuencias helicoidales, plagadas de balbuceos inconexos y cacofonías incomprensibles, que la saturaban.
- Esas partituras dodecafónicas -triviales y sin valor aparente- soporte habitual de las más sentidas declaraciones de amor agradecido, iban a valer su peso en oro.
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Próxima entrega: Capítulo-XII: SUBLIMADO DE PIEDRA FILOSOFAL.
OFERTA ESTRELLA DEL MES
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