- tomates maduros
- zanahoria, puerro, pimiento, cebolla, ajos, nabo, apio. perejil...
- aceite de oliva, sal, pimienta, azúcar -al gusto-
- canela en polvo, orégano / hierbas provenzales
Preparación:
- En una cazuela calentamos el aceite de oliva y, a fuego suave, hacemos tomar color a las verduras cortadas a taquitos.
- Añadimos los tomates partidos en cuatro, limpios pero con su piel. Tapamos la cazuela y dejamos que se vaya haciendo la salsa durante casi una hora, removiendo de vez en cuando y rascando bien el fondo
- Salpimentamos al gusto y añadimos el azúcar (1 cucharadita pequeña / kilo de tomates), las hierbas aromáticas y las especias. Apagamos el fuego y dejamos enfriar unos minutos.
- Lo pasamos por el pasa-purés para eliminar todas las impurezas. Y la salsa resultante la pasamos por la batidora eléctrica para darle la consistencia final.
- Ya está lista para usar o para congelar.
- Es en el momento de utilizar la salsa cuando le añadiremos los complementos que creamos oportunos: carne picada, jamón, lomo, atún, pescado, especias, hierbas aromáticas, etc.
NOTAS:
- Salsa boloñesa para pasta: En una cazuela sofreímos carne picada y cuando haya tomado color, agregamos la salsa de tomate básica. Mezclamos bien,, rectificamos de sal, pimientas, hierbas aromáticas y especias, dejamos que la salsa se trabe unos minutos a fuego lento y ya está lista para usar. Esta salsa es lo que los italianos llaman il succo
- Si vamos a congelar la salsa de tomate es mejor no añadirle las hierbas aromáticas y las especias; lo haremos justo en el momento de utilizar la salsa ya que en el congelador, con el paso del tiempo, estos ingredientes pueden trasmitirle cierto regusto que puede ser un poco molesto.
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