- un bote de cebollitas francesas encurtidas
- un chorrito de vinagre de manzana
- 1 cucharada sopera colmada de azúcar moreno, blanco o miel
Preparación:
- Escurrimos las cebollitas y las lavamos bajo el grifo
- Las colocamos en una cazuela de tamaño adecuado.
- Añadimos un poco de agua, el vinagre y el azúcar. Encendemos el fuego y llevamos a ebullición.
- Bajamos el fuego al mínimo y dejamos que se evapore completamente el líquido, hasta que en el fondo de la cazuela empiece a formarse un caramelo rubio y las cebollitas empiecen a pegarse unas con otras. Removemos bien, procurando que no se quemen, y apagamos el fuego.
- Dejamos enfriar y guardamos las cebollitas en un tarro de cristal cerrado hasta que las vayamos a utilizar. Las que sobren las guardamos en la nevera dentro del tarro. Se conservan perfectamente un par de meses
- El motivo de lavar previamente las cebollitas es porque están en salmuera y si no las lavamos quedan con un ligero regusto salado no deseado.
- Si queremos que las cebollitas queden de un color más subido, en vez de vinagre de manzana utilizaremos vinagre de Módena
- Estas cebollitas acompañan perfectamente todo tipo de carne fría - sobras de asados - de cerdo, pollo, pato, ternera o cordero.
- Es fácil encontrar, en el comercio, confitura de cebolla. Es demasiado dulce para mi gusto y su color apagado hace que quede poco decorativa. Estás cebollitas mejoran notablemente el resultado.
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