- una fajita (tortilla de trigo mexicana)
- nata líquida
- trocitos de bacon
- queso Gruyère rallado
- cebolla cortada fina, escaldada unos minutos en agua hirviendo y escurrida
- sal, pimienta recién molida
- Precalentamos el horno unos minutos a 210º
- Sacamos la tortilla del paquete y la extendemos sobre una placa para el horno
- Regamos la tortilla con un chorretón de nata y la extendemos con ayuda de una cuchara procurando que no se desborde.
- Esparcimos la cebolla - salpimentamos- y el queso rallado.
- Repartimos los trocitos de bacon sobre el queso e introducimos la fajita en el horno unos 7' o hasta que empiece a tomar color.
- Servimos inmediatamente y la consumimos sin esperar.
- Mientras compartimos la primera tanda de fajitas blancas podemos ir horneando la segunda y así sucesivamente hasta que digamos, basta!
- Este verano tuve la oportunidad de degustar la flammequche alsaciana en un restaurante en el que era la especialidad de la casa. Era de una sencillez extrema, pero de un sabor exquisito e incomparable. Observé que la clave era la base -puesto que todas presentan grosso modo el mismo relleno- una masa fina, crujiente y sin levadura. Rápidamente me propuse intentar obtener esa textura única; pero como tenía prisa por obtener resultados pensé que las tortillas de trigo mexicanas, que venden en paquetes en cualquier hipermercado, podía ser una buena opción para comenzar. El resultado ha salido tan redondo a la primera que he decidido no seguir probando ya que la fajita obtenida en casa podría pasar perfectamente por la especialidad de un restaurante. La masa de la flammequche queda tostada y crujiente en los bordes, que no llevan relleno, y el resto queda suave, cremoso, ligeramente gratinado, y con un toque ahumado muy agradable. Por otra parte la sencillez de su preparación, el tiempo récord de cocción y el coste mínimo de los ingredientes, hacen de las fajitas blancas una receta sin rival.
- A esta preparación le he puesto el nombe de fajita blanca por razones obvias y porque nos resulta más cómodo de pronunciar y recordar que flammequche ( flammekuchen en alemán. La traducción literal sería: tarta flambeada)
- Al igual que las pizzas constituyen una extensa y riquísima familia que tiene por base la salsa de tomate, en las flammequche la base es la nata. Así pues no os corteís en probar todo tipo de variantes: con jamón serrano, con salmón y eneldo, con champiñones o setas del bosque, con espárragos, con otros tipos de queso, etc. Siempre siguiendo el mismo patrón: tortilla + nata + vuestra desbordante imaginación .
- Estoy convencido de que el primer restaurante tex-mex que decida lanzarla en su carta, se forra, ....de nada!
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