Pelamos las peras pero las dejamos enteras, y las colocamos en una cazuela, de pie, cubriendo el fondo.
Incorporamos el resto de ingredientes , tapamos la cazuela y la ponemos a calentar. En cuando rompa a hervir, bajamos el fuego al mínimo. Y proseguimos la cocción hasta que las peras empiecen a ablandarse.
Retiramos las peras y las reservamos en una ensaladera de tamaño adecuado. En cuando estén tibias, las partimos por la mitad y, con ayuda de una cucharilla y un cuchillo, eliminamos las semillas y las partes fibrosas.
Mientras, prosegimos, a fuego lento, la reducción del vino de la cazuela hasta que éste empiece a espesar y se vuelva siruposo. Retiramos la canela y la corteza del limón.
Pasamos el vino por un colador para eliminar impurezas y lo vertemos caliente sobre las peras.
Una vez frías, sellamos la ensaladera con film de plástico de cocina y dejamos reposar las peras con la reducción del vino en la nevera hasta el momento de servirlas.
NOTAS:
Las peras están mejores si las preparamos de un día para otro.
No es conveniente cocer las peras en exceso ya que se vuelven demasiado blandas al dejarlas en maceración.
Generalmente el vino reducido no cubre completamente las peras, es pues conveniente (aunque no indispensable) removerlas de vez en cuando para que se maceren uniformemente
Sirve cualquier tipo de vino, pero hay que tener en cuenta que el resultado final va a depender de la elección realizada. Por experiencia, los vinos más adecuados son los que tienen mucho cuerpo y poco tanino. Los llamados vinos rancios, licorosos, de alta graduación -superior a 14º- son ideales.
La cantidad de azúcar indicada es meramente orientativa. Dependerá finalmente, del gusto de cada uno, de la madurez de las peras y del vino utilizado.
Por regla general el vino empleado es tinto, que da una coloración intensa a las peras, pero puede perfectamente utilizarse un vino blanco, en especial dulces y moscateles. En este caso las peras adquieren un color pajizo.
Generalmente las peras se pueden servir tal cual, frías y bañadas con un poco de vino. Pero están exquisitas acompañadas de un buen helado de vainilla.
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